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Los dinosaurios eran reptiles de sangre caliente




La 
revista 
Nature
 publica 
un 
estudio 
que 
analiza 
las
 líneas 
de 
paro 
del 
crecimiento
 (LAGs)
 en
 los 
huesos 
de 
un 
centenar 
de 
rumiantes 
actuales, 
representativos 
de 
la 
diversidad 
específica 
y
 ecológica
 de
 este
 grupo
 de
 mamíferos.
 Los
 resultados
 muestran
 que
 la
 presencia
 de
 estas
 líneas 
no 
es 
un 
indicador 
de 
una 
fisiología 
ectoterma (que 
no 
genera 
calor 
interno), 
como 
se
 había
 pensado,
 ya
 que
 todos
 estos
 mamíferos
 de
 sangre
 caliente
 las
 tienen.
 Este
 estudio
 desmonta 
así 
el 
argumento 
clave 
de 
la 
hipótesis 
que 
los 
dinosaurios 
podían 
haber 
sido 
reptiles de
 sangre 
fría. 
El 
trabajo 
lo 

firman 
investigadores 
del 
Institut 
Català 
de 
Paleontologia 
Miquel
 Crusafont
 (ICP) 
en 
colaboración
 con
 un
 investigador 
del 
Instituto 
Polar 
de 
Noruega.
30 Jun 2012 | CIENCIAKANIJA.COM
L
as
 LAGs
 se
 ven
 en
 cortes
 de
 huesos
 como
 unos
 anillos
 oscuros
 parecidos
 a
 los
 que
 encontramos 
en 
los 
troncos 
de 
árboles. 
Los 
anillos 
se 
forman, 
en 
los 
mamíferos 
estudiados 
y
 en 
los 
árboles, 
durante
 la 
estación 
desfavorable 
(el
 invierno 
o 
la 
estación 
seca),
 en 
la 
que 
se
 detiene
 el
 crecimiento
 del
 organismo
 por
 falta
 de
 recursos.
 La
 presencia
 de
 LAGs
 en
 huesos
 era, 
hasta 
ahora,
 considerada 
el 
indicio
 de 
ectotermia 
más 
claro, 
ya 
que 
se 
relacionaba 
el 
paro
 estacional
 de
 crecimiento
 con
 la
 incapacidad
 del
 animal
 de
 mantener
 una
 temperatura
 corporal
 más
 o 
menos
 constante 
(endotermia) 
durante 
la 
estación
 de 
pocos 
recursos.

Como 
nos 
explica 
la 
investigadora
 de 
ICREA 
y 
paleontóloga
 del 
ICP 
Meike 
Köhler: "El
 estudio
 que
 hemos
 hecho
 es
 muy
 potente,
 por
 la
 cantidad
 de
 material
 y
 la
 diversidad
 de
 especies
 con
 las
 que
 hemos
 trabajado,
 pero
 no
 lo
 diseñamos
 para
 encontrar 
la 
respuesta
 a 
la 
termofisiología
 de 
los 
dinosaurios. 
Nosotros 
pretendíamos
 conocer 
mejor 
la 
fisiología 
de 
los 
mamíferos 
actuales 
y 
queríamos 
entender 
cómo 
el
 ambiente
 los
 afecta:
 cómo
 cambia
 su
 crecimiento
 en
 función
 de
 la
 temperatura
 exterior,
 de 
las 
lluvias 
o 
de 
la 
disponibilidad
 de 
alimentos 
y 
agua".
Entender 
bien 
este 
hecho 
era 
un 
primer 
paso 
para 
poder 
fundamentar 
después
 discusiones 
en
 la
 investigación paleontológica
 sobre
 la
 fisiología
 de
 animales
 que
 vivieron
 hace
 millones
 y
 millones
 de 
años.
Pero
 los
 investigadores
 se
 dieron
 cuenta
 de
 que
 lo
 que
 observaban
 en
 los
 huesos
 de
 los
 diferentes
 rumiantes
 desmentía
 el
 argumento
 principal
 sobre
 la
 fisiología
 ectoterma
 de
 los
 dinosaurios.
 Muchas
 hipótesis
 parten
 de
 la
 premisa
 de que
 los
 grandes
 mamíferos
 -animales
 endotermos
 por 
excelencia - 
no 
presentan 
líneas 
de 
crecimiento en
 sus
 tejidos 
duros, 
ya 
que
 no 
necesitan 
parar 
su 
crecimiento 
en 
respuesta 
a 
las 
condiciones 
externas 
de 
temperatura. 
De 
hecho,
 como 
en 
casi 
todas
 las 
especies 
de 
dinosaurios 
se 
han 
observado 
estas 
LAGs,
 muchos
 científicos 
consideraban 
que 
los dinosaurios 
eran
 reptiles 
de 
sangre 
fría.
El 
artículo
 que 
publica 
hoy 
la 
revista 
Nature
 presenta 
el 
primer
 estudio
 sistemático, 
basado 
en una 
muestra 
extensa 
de 
mamíferos 
y 
representativa 
de 
una 
gran
 diversidad
 de 
ecosistemas,
 que
 demuestra 
que 
las 
LAGs 
no 
indican 
una 
fisiología 
ectoterma
 sino 
que 
nos 
hablan
 de
 cómo
 cambia
 la
 fisiología
 (el
 metabolismo)
 de
 un
 animal
 en
 función
 de
 los
 cambios
 endocrinos
 estacionales,
 tanto 
en 
animales
 de 
sangre
 fría 
como 
de 
sangre
 caliente.
 Estos
 cambios 
son 
una
 herencia
 común
 de
 todos
 los
 vertebrados,
 una
 especie
 de
 reloj
 interno
 que
 regula
 las necesidades
 de
 los
 animales
 en
 función
 de
 la
 oferta
 estacional
 de
 recursos.
 Aunque
 estos
 cambios
 fisiológicos
 tienen
 un
 fuerte
 componente
 genético,
 también
 son
 funcionales
 y
 responden
 con
 su 
intensidad 
a 
las
 condiciones
 ecológicas 
en 
las 
que 
se 
encuentra
 el 
animal.
Los 
factores 
ecológicos 
condicionantes
 son 
más 
bien 
las 
lluvias
 y 
las
 restricciones
 de 
alimento 
y
 agua,
 y 
no 
tanto 
la temperatura
 exterior.
 Este 
descubrimiento 
abre 
una 
importante
 línea
 de
 trabajo
 en 
la 
conservación 
de 
la
 biodiversidad actual 
de 
nuestro 
planeta.
La 
investigadora 
Meike
 Köhler
 comenta: "Puede
 sorprender
 un
 poco
 que
 hasta
 ahora
 no
 se
 hubiera
 hecho
 un
 estudio
 sistemático
 similar
 para
 probar 
o 
desmentir 
si 
sólo 
los 
ectotermos 
dejan 
estas 
marcas
 en
 los 
huesos 
durante 
su 
crecimiento. 
En 
el 
fondo,
 hay 
tantas
 cosas
 que 
no
 sabemos,
 que
 la
 ciencia
 no
 avanza
 siempre
 linealmente.
 Las
 ideas
 de
 alguna
 forma
 ya
 hacía
 tiempo
 que 
estaban 
en 
el
 aire, 
pero 
el 
trabajo 
que 
hemos 
publicado 
las
 ordena 
y 
las
 basa 
en 
datos".
De
 hecho,
 algunos
 trabajos
 ya
 habían
 cuestionado
 esta
 hipótesis
 y
 entre
 la
 comunidad
 científica 
internacional
 cada 
vez 
había 
más
 consenso 
sobre 
el 
hecho 
de 
que 
las 
LAGs 
quizás 
no
 eran
 indicadores
 de
 ectotermia.
 Del
 mismo
 modo,
 habían
 aparecido
 ejemplos
 de
 mamíferos
 que
 sí 
parecían
 tener
 LAGs
 en 
los 
huesos. 
Este 
trabajo 
cierra 
definitivamente este
 debate.
En 
el 
estudio 
han 
participado 
también 
los 
investigadores 
del 
ICP 
Xavier
 Jordana,
 profesor
 de
 posgrado
 de 
la 
Universidad 
Autónoma
de 
Barcelona
(UAB)
 y 
Nekane 
Marín,
 doctoranda 
de 
la
 misma 
Universidad.

Tags: dinosaurios

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