La gente de la calle.
Parece una obviedad, pero a menudo oigo a economistas, periodistas, científicos, políticos… en general, a personas expertas en un área concreta decir: “he escrito el libro para que la gente de la calle lo entienda”.
Con esto se refieren a que sin ser expertos en un tema podremos entender el libro e introducirnos en un tema determinado de manera sencilla y entretenida. Pero al mismo tiempo da la sensación de que existen dos grupos de personas: los expertos y los no expertos (la “gente de la calle”), los que saben y los que no saben. Pero realmente el economista experto es “gente de la calle” para el físico, el físico es “gente de la calle” para el filósofo; el filósofo es “gente de la calle” para el músico, el músico es “gente de la calle” para el carpintero, el carpintero es “gente de la calle” para el sociólogo; el sociólogo es “gente de la calle” para el médico, el médico es “gente de la calle” para el informático… Ya lo decía Einstein: “Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.” Todos somos “gente de la calle”, como es obvio.
Con esto se refieren a que sin ser expertos en un tema podremos entender el libro e introducirnos en un tema determinado de manera sencilla y entretenida. Pero al mismo tiempo da la sensación de que existen dos grupos de personas: los expertos y los no expertos (la “gente de la calle”), los que saben y los que no saben. Pero realmente el economista experto es “gente de la calle” para el físico, el físico es “gente de la calle” para el filósofo; el filósofo es “gente de la calle” para el músico, el músico es “gente de la calle” para el carpintero, el carpintero es “gente de la calle” para el sociólogo; el sociólogo es “gente de la calle” para el médico, el médico es “gente de la calle” para el informático… Ya lo decía Einstein: “Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.” Todos somos “gente de la calle”, como es obvio.
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