Según el estudio, que ha publicado recientemente la revista Zootaxa, Uroptychus cartesi pertenece a una familia poco diversa en el océano Atlántico (Chirostylidae), de las que solo cuatro especies habitan la zona europea -tres de ellas se describieron a finales del siglo XIX y la cuarta en 1976- y 14 la zona americana, a diferencia del Indo-Pacífico donde hay más de 100.
A pesar de su localización frente a las costas gallegas, este crustáceo es único en la parte más oriental del Atlántico debido a la mayoría de sus rasgos morfológicos: se diferencia de las especies europeas sobre todo por la forma y el número de espinas de su caparazón. Sin embargo, se asemeja más a una especie del Mar Caribe, Uroptychus armatus.
"Su proximidad a las especies del Caribe es lógica, ya que todas las especies del Atlántico Norte tienen rasgos comunes y probablemente tienen un mismo origen ya que sus ancestros invadieron el Atlántico procedentes del Pacifico y del Índico hace varios millones de años", aclara a SINC Enrique Macpherson, coautor del estudio e investigador en el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC).
El pequeño cangrejo suele ser abundante en montañas y cañones submarinos donde ha habido poca explotación pesquera
Un crustáceo muy 'tímido'
El pequeño cangrejo, de color anaranjado, vive asociado a gorgonias y corales profundos y "suele ser abundante en montañas y cañones submarinos donde ha habido poca explotación pesquera", explica Macpherson, quien añade que tanto gorgonias como corales son los primeros en desaparecer de las zonas de arrastre.
Los investigadores averiguaron que las larvas de este cangrejo, que pertenece al grupo de los cangrejos ermitaños sin parecerse a ellos, tienen una baja capacidad de dispersión ya que "pasan muy pocos días en fase planctónica". El trabajo también apunta que suele alimentarse de pequeños crustáceos y de material particulado.
Adopta el nombre de Uroptychus cartesi en honor al investigador Joan Cartes del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona, por su "importante contribución al conocimiento de la fauna ibérica de las profundidades marinas". Macpherson y su compañero Keiji Baba, de la Universidad Kumamoto (Japón), señalan que Cartes fue además el primero en reconocer que los individuos de esta especie eran inusuales.
Los seis ejemplares capturados fueron depositados en el Instituto de Ciencias del Mar en Barcelona y en el Museo Nacional de Historia Natural de París (Francia).
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